S

Sendero el Mirador del Valle, Patagonia Chilena

La navidad del 2019 fue maravillosa, volví a un pueblito al sur de Chile de 600 habitantes llamado Villa O’Higgins.  Uno de los panoramas era recorrer en bicicleta y caminando, sus rutas de tierra en subida y bajada.  Aquí los paisajes compiten por su linda belleza.

Sendero Mirador del Valle

Caminar por sus senderos, respirar ese aire lleno de vegetación y humedad es algo inolvidable, puedes estar muy cansado subiendo la montaña, pero la vista te llenará de energía.  

¿Recuerdas la última vez que subiste una montaña? 

Si no lo has hecho te sugiero que busques un sendero, cerca de tu ciudad.  Junto a tu familia y amigos vayan a explorar, descubrirán animales, insectos, vegetación y sorpresas que siempre recordaras. Necesitas, un zapato cómodo para subir montañas, ropa deportiva, una mochila con agua, algún alimento que te de energía, yo elegí plátanos, higos y galletas de avena.  La idea es elegir algo liviano pero que tenga vitaminas y te las fuerzas para escalar.

Sendero Mirador del Valle

El sendero que decidí caminar se llama El Mirador del Valle.   De ida y vuelta son 4 horas aproximadamente, vas subiendo y te vas encontrando con mallín, que es un suelo pantanoso, blando, lleno de pasto.  Es muy entretenido pisar tierra tan blandita, huele a una mezcla de tierra y hoja mojada.  También hay frutos silvestres como el calafate, es una especie que se da por toda la Patagonia.  La fruta es muy parecida a los arándanos. Los pobladores la recolectan y hacen mermeladas, cremas, y licores con estos ricos y únicos ingredientes.  

En este sendero también te encontraras con muchos árboles nativos de la zona.  Hay más de 350 especies de árboles como Lenga, Coigüe, Ñire, Canelo, Ciprés, Mañío entre otros.  También hay arbustos, por ejemplo  Michay, Chaura, Ciruelillo, Chilco, y Parrilla, la mayoría son especies  endémicas, eso significa que son únicas en el mundo.  Por lo que sus habitantes son muy respetuosos con la naturaleza, puedes creer que no encontré ninguna basura, ni papeles, ni botellas.  La gente de esta zona ama su tierra, sus árboles, sus ríos, y se sienten orgullosos de pertenecer a la Patagonia Chilena.

Mate

La sorpresa fue al llegar al mirador, había sol, algunas nubes, un viento suave y una vista maravillosa.  Se veía el río mosco, que se desborda por meses en invierno, lagos y montañas increíbles.  Después de tomar unos ricos mates (infusión tradicional de estas zonas), seguimos nuestro viaje en bajada de vuelta llevándonos un regalo de la naturaleza en nuestros recuerdos y con ganas de buscar más senderos para conocer.