Por Rebekah
Encontre una ballena en el mar, lo cual fue muy raro. La ballena se llamaba Lola. Ella me guió a un barco muy grande, que me llevó a la orilla de la playa. Allí Lola y yo jugamos. También nadamos juntos hasta que unos malos cazadores de ballenas me vieron con Lola. Cuando voltee se estaban preparando para atacar a mi Lolita. Yo necesitaba un plan.
Subí al barco y allí estaba lo que necesitaba, una grúa torre. Con esta máquina enorme pude poner a Lola en el barco. Claro le puse un poquito agua. “¿Dónde podre esconder a Lola?” pensé. Un lugar donde los cazadores no se imaginen. Así que fui a mi casa y escondí a Lola en la piscina.
Al día siguiente fui al acuario para entregar a Lola. Estaba triste pero yo sabía que era lo correcto y quizás la única solución. Lloramos mucho y nos abrazamos. Después Lola me dijo “gracias y adiós”.
La buena noticia fue que me dieron un pase anual gratis. Ahora puedo ver a Lola en un lugar a salvo y contenta las veces que quiera.
Rebekah Cabañas tiene 12 años, pero ya pronto cumple 13 años ¡yay! Le gustan las manualidades y todo lo que sea DIY. Su color favorito es el teal y coral. Le encanta comer pasta y ensaladas con moras. Cuando sea grande le gustaría llegar a ser una maestra de niños de escuela elementaria porque es fascinante cuando ves un niño o niña emocionarse cuando por fin entiende algo, y yo quiero ser parte de ello. Rebekah vive en Texas.
