La electricidad
Por: Ana Sastre Quemada
Querido amigos aventureros y necesitados de información nueva. En este post os queremos traer algo que, curiosamente, usamos día a día y que quizás no somos 100% conscientes de ello: la electricidad.
¿Qué es la electricidad?
La electricidad es una clase de energía que puede permanecer en un solo lugar, a la que denominamos estática, o puede moverse, a la que llamamos corriente.
¿Electricidad estática?
La electricidad estática se da cuando frotamos un objeto contra otro. Por ejemplo: si yo inflo un globo y lo froto varias veces en mi ropa, cuando te quieras dar cuenta ese globo estará pegado a tu ropa sin necesidad de que lo sujetes. Esto significa que ese globo se ha cargado de electricidad y hace que se pegue a tu ropa como si fuese un imán ya que tu jersey (suele ser con este tipo de prenda) ha sido cargado con la carga opuesta.
¿Electricidad corriente?
La electricidad corriente, o corriente eléctrica es otro tipo de electricidad que consiste en que los electrones se mueven de un lugar a otro. Y aquí, querido amigos, es donde la electricidad es algo que tenemos día a día… me explico: los aparatos eléctricos que tenemos en casa funcionan gracias a la corriente eléctrica.
Como veis, la electricidad está en nuestro día a día. Si tú ves la televisión diariamente, estás usando la electricidad corriente, y si ves un rayo en el cielo cuando hay lluvia, está visto la electricidad estática.
¿Es peligrosa la electricidad?
Puede parecer una tontería porque van por cables y esos cables los podemos tocar, pero… sí, es peligrosa. Te habrán dicho muchas veces que no toques aparatos eléctricos con las manos mojadas, y eso es porque el agua es un buen conductor de la electricidad. ¿Qué quiere decir esto? Pues que si el agua llega a esos cables, se podrían crear cortocircuitos que romperían el aparato eléctrico, nos podría dar un calambre muy grande y hasta se podrían crear incendios.
Sabemos que es este mes de febrero hemos hablado sobre la ciencia, y creednos: la electricidad es ciencia. Gracias a su descubrimiento, hemos dejado de lado la madera para crear fuego y las velas para iluminar. Así que… ¡Gracias, electricidad!