Por Ana Sastre Quemada
El 28 de febrero celebramos el día de un personaje muy querido por los niños, El Ratoncito Pérez. Aunque en otros países y otras culturas, es conocido como El Hada de los Dientes.
La tradición es que, cada vez que a un niño se le cae el diente, esa misma noche lo pone debajo de su almohada y a la mañana siguiente no sólo no está, sino que nuestro Ratón Pérez o Hada de los Dientes nos ha dejado un pequeño obsequio por ofrecerle nuestro diente. Quizás para ti solo es un diente más, pero para este personaje es una gran noticia, pues tú vas creciendo poco a poco y él te va a ir acompañando en tus años de niñez.
¿Cómo comenzó esta historia?
En el año 1894 un cuento publicado por Luis Coloma nos contaba la historia de este amigo. Un ratoncito vivía en una caja de galletas y un día decidió salir de ella para explorar la ciudad. Cada noche visitaba a diferentes niños y una de ellas, acabó entrando en un palacio real donde conoció a Buby. Este niño se convierte en ratón y decide acompañar al Ratoncito Pérez por la ciudad. Al darse cuenta de que no todos los niños son tan afortunados como él, decidió cambiar dientes de leche por monedas. Y así comenzó la fantástica vida del Ratoncito Pérez.
Aunque no te lo creas, este personaje lleva años y años recopilando dientes de leche, como se llaman a esos dientes que se nos caen para dejar paso a los dientes que nos acompañarán el resto de nuestra vida. Pero, la gran pregunta es,
¿Dónde los mete?
Bueno, como podemos ver en el cuento, este ratón vivía en un palacio real, así que… creemos que ahí es donde guarda los dientes de todas las generaciones pasadas y actuales. ¡Debe ser un gran palacio!
Nos encanta que existan días así, porque nos hacen ser conscientes de que una vez fuimos niños y que sabemos que aquellos dientes que se nos cayeron, están en buenísimas manos.