Por: Ana Sastre Quemada
Son cuatro las estaciones del año. Invierno, primavera, verano y… ¡Otoño! Cabe destacar que aquí una escritora es muy fan de esta estación. Pero, ¿por qué?
El otoño siempre ha traído con él el comienzo de las clases en España. Volvíamos de pasar el verano separados de nuestros amigos, y en otoño nos re-encontrábamos con ellos, nos contábamos todo lo que habíamos vivido meses atrás, y encima empezaba a hacer un poco de frío, y… Me encantan las chaquetas, los jerséis y los pantalones largos. Pero, tengo que admitir que lo que más me gusta de esta estación son los colores. Los árboles se tiñen de colores como el rojo, el amarillo, el naranja, el marrón… Son colores que nos recuerdan que todo tiene un tiempo, y que es valiosísimo. Pero, también son colores que te crean una calidez antes de empezar con el frío.
El otoño son tres meses. Desde el 23 de septiembre, que es cuando termina el verano, hasta el 21 de diciembre, que es cuando comienza el invierno. Si miramos la palabra, veremos que la palabra proviene del latín “autumnus” que está vinculada al significado de “idea del cambio”. De ahí que los árboles pierden sus hojas.
Dentro de esta estación, encontramos varias festividades que son muy importantes, sobre todo en América del Norte. Encontramos Acción de Gracias y el día de Todos los Santos, entre otras. Sí lo pensáis bien, son festividades donde celebramos el estar en familia, estar agradecidos de tenerla y pasar tiempo con ellos.
Como lees, el otoño es una estación que conlleva muchas cosas bonitas. Nos trae cambios, tanto en la naturaleza como en la vida de las personas, nos trae festividades para recordarnos la importancia de la familia, y nos trae otra estación maravillosa como es el invierno de la que hablaremos cuando toque.
