Por: Ana Sastre Quemada
No probé los chicles hasta pasados los 6 años. Cuando los cumplí pasé a ser una niña mayor y me dejaron comer chicle por primera vez… y os aseguro que no fue la última. Y es que, el 13 de enero celebramos el Día Mundial del Chicle.
¿Qué es el chicle?
El chicle es una goma de mascar algo pegajosa que tiene diferentes sabores según el gusto del consumidor. Es una golosina de mascar únicamente y es bastante elástico, por lo que permite hacer pompas o también llamados globos.
¿Desde cuándo existe el chicle?
Si hacemos un poco de memoria, el chicle se remonta a 1869, cuando su creador, William Semple, patentó esta golosina. Aunque, si somos sinceros, antes de que se patentara, se cree que en la Antigua Grecia era consumido en forma de resina de entina.
Eso sí, se sabe gracias a yacimientos arqueológicos que fue en Chile donde se encontraron los primeros chicles de boldo, y se piensa que tienen ¡más de 14000 años!
¿Podría morir si me trago un chicle?
A ver… no. Ninguna persona ha muerto por culpa de un chicle. Al menos, ¡que sepamos! Ja-ja-ja. Es broma, es un falso mito que se dice pero que realmente no es verdad. De hecho, el chicle ayuda a vocalizar, a hablar y respirar mejor, e incluso disminuirá el estrés que puedas tener.
Un dato curioso que hemos encontrado y que aún no hemos decidido si es algo que nos gusta o nos disgusta: en California existe una calle que se llama “Higuera Street” que es famosa porque desde los años 60 se acumulan chicles en las paredes de esta calle. Se ha convertido en algo turístico y admitimos que no sabemos si es algo que queremos ver.
Y para terminar, queremos abrir una encuesta en la que todos los que nos leéis podáis participar. Y aquí viene la pregunta más importante de todas: ¿Cuál es el mejor sabor de chicle del mundo? Yo, personalmente, lo tengo claro. Me gustan muchísimo los chicles de sandía; aunque los de hierbabuena son mis favoritos ya que me abren las fosas nasales y me ayudan a respirar mejor.
