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Murallas de chicles en Estados Unidos

muralla de chicle

Por: Ana Sastre Quemada

¡Hola, hola! Bienvenidos un día más a este blog donde lo sorprendente es digno de mención y de tener su propio espacio.

Hoy os traemos un tema que en cierto modo nos da un poco de asco y nos sorprende mucho. Y es que viajamos a California y a Seattle para descubrir… ¡murallas de chicles!

¿Murallas de chicles?

Pues sí. Como leéis. Resulta que se está poniendo de moda que, en algunas ciudades de Estados Unidos, se pegan chicles en la pared y uno tras otro, tras otro, tras otro… crean una muralla de chicle.

pared de chicles
Pared de chicles

Muralla de chicle en St. Louis Obispo

Para hablar de la muralla de chicles más conocida de Estados Unidos, tenemos que viajar a San Luis Obispo, en California. Y es que, esta ciudad pequeña llama la atención por su callejón lleno de chicles; el callejón Bubblegum Alley. Este callejón empezó a ser conocido en los años sesenta y se dice que cada persona que pasa por allí, deja su chicle, usado por supuesto, en las paredes. Este callejón mide 21 metros de largo y 4 metros de alto. Y, aunque no os lo creáis, esto está considerado arte urbano.

muralla de chicles
Muralla de chicles en San Luis Obispo

Muralla de Chicle en Seattle

Otra de las murallas más famosas de Estados Unidos la podemos encontrar en el Estado de Washington, para ser más concretos, tenemos que ir al Market Theater, en Seattle. Y es que esta muralla, de unos 4,5 metros de alto y unos 15 metros de largo, empezó a coger forma en la década de los 90, cuando las personas se aburrían de esperar largas colas para entrar al teatro, así que pegaban sus chicles en la pared. Al principio los trabajadores de los teatros limpiaban la pared, más tarde la dejaron y ahora resulta que es uno de los puntos de interés más curiosos de Seattle. De hecho, hasta la conocida página de viajeros “Trip Advisor” nos recomienda pasar por ella si visitamos la ciudad.

muralla de chicles en Seattle
Muralla de chicles en Seattle

Nosotros no estamos seguros de qué pensar acerca de estas murallas. Nos parece fascinante que existan, y nos dan un poquito de asco el hecho de que todo el que pasa deje ahí sus chicles usados. Ahora, ¿te atreverías a dejar el tuyo? ¡Te leemos!

Si te da curiosidad por el chicle lee el post del Día mundial del chicle.