Por Ana Sastre Quemada
Un país rico necesita que haya muchas culturas conviviendo juntas.
Por eso, el día 18 de diciembre se celebra gracias a las Naciones Unidas el Día Internacional del Migrante.
Fue en el año 2.000 cuando la Asamblea General de la ONU proclamó este día, gracias al aumento que existió de personas que migraban a lo largo del planeta. Esta migración, en muchos casos, es con el fin de intercambiar experiencias y oportunidades en otros países, además de que muchos de ellos migran en busca de una vida mejor y más digna.
Este día se celebra, también, para que seamos conscientes de las dificultades, retos y, a veces, adversidades que las personas que migran se enfrentan en busca de esta nueva vida.
Existen muchas razones por las que las personas deciden migrar. Cuando hablamos de migrar, hablamos de cambiar de país o de residencia de manera permanente o temporal. Esta migración puede ser voluntaria (que uno quiere) o forzada (que uno es obligado). Las Naciones Unidas quisieron visibilizar la migración puesto que muchas personas comenzaban a tener que cambiar su vida por motivos como el hambre, el desempleo, guerras, persecuciones por diferentes ideologías o religión, o incluso por catástrofes naturales como tornados, inundaciones, etc.
Pero, lo más importante de celebrar este día es darnos cuenta de la riqueza que se crea cuando existe este tipo de movilidad de personas.
¿Por qué? Porque en muchos casos conocemos culturas diferentes a las nuestras gracias a personas que han dejado su país para encontrar su sitio en un país diferente. Por eso, nosotros queremos celebrar este día siendo conscientes de la importancia de que cada ser humano pueda tener una vida digna y feliz.