paginas de un libro de corazón

Por: Ana Sastre Quemada

Siempre había pensado que San Valentín me obligaba a tener novio para celebrarlo. ¡Gracias al cielo no es así! Y qué equivocada estaba… ¡menos mal!

Y es que, San Valentín no es más que un día en el que no existen excusas para decirle a nuestros amigos y familiares lo muchísimo que les queremos y valoramos que estén en nuestras vidas.

Por eso, este 14 de febrero te proponemos, además de crear tus propias tarjetas de San Valentín; queremos que regales libros. Sí, sí. Porque es el Día de dar un libro en Estados Unidos de América, y nos parece una idea estupenda.

niño con un regalo
Niño con un regalo

Como vimos en el post de Día del Libro en España, existe la tradición de regalar libros este día para demostrar nuestro amor por la lectura. Pero, ¿eres consciente de que regalar un libro suele ser regalar algo tuyo?

¿Por qué regalar libros?

Regalar un libro no es más que un acto de amor. Al final, tú regalas un libro que has buscado para una persona en concreto. O sea, has ido a la librería y has pensado en todas aquellas historias que le puede gustar a la persona que le vas a regalar el libro. ¿Lo habías pensado?

¿Por qué lo celebramos este día?

Porque el 14 de febrero es un día para demostrar nuestro amor. Este día, además de que todo se llena de rojo y de corazones, también es un día para que las buenas intenciones asomen. Por eso, regalar un libro que te ha llevado tu tiempo buscarlo, leer la contraportada a ver si te convencía, y pensar en que la otra persona va a estar encantada o no de haber recibido este regalo, pues… es una forma de demostrar el amor.

niña leyendo un libro
Niña leyendo un libro

¿A quién se lo regalarías?

¡Fácil! Si no disponemos de mucho dinero, te recomendamos que pienses en esa persona o bien que quieres muchísimo o bien que creas que necesita saber que estás ahí. Te vamos a contar lo que va a pasar cuando lo regales: la persona que reciba tu regalo, será la persona más feliz del mundo.

Nos despedimos con una frase que nos gusta muchísimo: 

“es tonto creer que el regalo está dentro del paquete. Siempre, siempre, siempre está en las manos que lo entregan”.