Casas de Jengibre
Por: Ana Sastre Quemada
Como sabéis, estamos en una de las épocas del año que más nos gustan: la Navidad. Y como no queremos dejar de hablar de ella, y sabemos que vosotros queréis leer y leer y volver a leer sobre ella, os traemos un nuevo post navideño: las casas de jengibre.
¿Qué es el pan de jengibre?
Nos tenemos que trasladar a Armenia, un país europeo, donde hace muchos años, más o menos al 922 d.C., Gregorio de Nicópolis que fue un monje de este país, fue a Francia y enseñó a los cristianos que habitaban en este país el pan de jengibre.
Por aquella época se usaba para ceremonias religiosas y los monjes lo usaban para hornear ya que era más resistente a la hora de moldear con el pan imágenes de diferentes Santos.
¿Y las casas de jengibre?
Bueno, como hemos dicho, se usaba el pan para hacer imágenes de Santos, pero no fue hasta que los hermanos Grimm nos lo dijeron en uno de sus famosísimos cuentos, cuando comenzó la tradición de las casas de jengibre.
Nos fijamos en el cuento de “Hansel y Gretel”, quienes acabaron en una casa de jengibre donde vivía una bruja, y fue desde entonces cuando diferentes panaderos alemanes empezaron la tradición de crear casas de jengibre.
¿Qué pasa con las casas de jengibre a día de hoy?
Cada 12 de diciembre celebramos el Día de las Casas de Jengibre, una tradición que como hemos visto viene de muchos años atrás. Actualmente en esta época del año es cuando más casas de jengibre podemos encontrar en tiendas, y en muchos grupos de amigos o familias hacen competiciones para ver quién crea la casa de jengibre más impactante.
Las casas de jengibre están hechas con pan de jengibre, que es un alimento entre dulce y picante. No apto para cada paladar, pero que es maravilloso para combinarlo con muchos otros alimentos.
Nosotros tenemos clarísimo qué tipo de casa nos gustaría: pequeña, coqueta y llena de chocolate y de nubes; con algunos toques de miel e incluso de limón. Que el jengibre es buenísimo para evitar resfriados.
Espera, ¿para los resfriados? ¡Entonces póngame unas cuántas casas de jengibre, por favor!
